Más allá del ritmo vibrante de Medellín existe una Antioquia menos conocida: montañas suaves, fauna silvestre y esa tranquilidad que solo la naturaleza puede dar. A tan solo 90 minutos de la ciudad, encontré un lugar que redefinió lo que significa desconectar y recargar.
Pasé un fin de semana en una de las casas campestres más especiales de Latin Exclusive, ubicada en las colinas verdes de las afueras de Titiribí. Lo que encontré fue una casa que combina confort moderno con un entorno natural excepcional, y una experiencia de lujo silencioso en un lugar inesperado.
Una llegada serena
Después de un vuelo directo y un trayecto tranquilo desde el aeropuerto José María Córdova (que Latin Exclusive organizó con un servicio de transporte premium), llegué a la villa a media mañana. Desde que ingresamos al condominio privado, rodeado de vegetación densa, palmas altas y montañas a lo lejos, supe que esta estadía sería especial.
A la entrada me recibió el mayordomo de la casa con una sonrisa cálida y se encargó de todo lo que necesitaba. El paisaje estaba lleno de sonidos tropicales, pájaros, hojas moviéndose con la brisa, el murmullo del viento entre los árboles. Mientras caminábamos hacia la casa, vi una iguana cruzando el camino, y más tarde armadillos y otros animales locales. Aquí, la naturaleza realmente envuelve.
Despertar en el paraíso
La habitación principal está en el segundo piso, con una terraza privada que da hacia la piscina y la vegetación que la rodea. Me desperté al día siguiente con el canto de los pájaros, la luz suave entrando por las ventanas y ese olor fresco a tierra mojada y rocío. Fue una de esas mañanas serenas que te hacen respirar más profundo.
En el primer piso, la empleada me había preparado un desayuno a mi gusto: huevos revueltos, fruta fresca, té y arepas caseras. Me senté mirando hacia el Cerro Tusa, un pico imponente y perfectamente piramidal. La vista era impresionante.
Un día perfecto, a su ritmo
Después del desayuno, entré en el ritmo pausado del día: pilates en el jardín, un baño en la piscina y un rato de lectura tranquila. El clima era ideal, con sol cálido y una brisa fresca, perfecto para descansar en una hamaca o tomar el sol.
Aunque estaba en plan descanso, también tenía algunas cosas de trabajo remoto, y la casa lo hizo facilísimo. El internet satelital de Starlink (sí, el de SpaceX) funcionó con velocidad impresionante, así que pude mandar correos, conectarme a reuniones y hacer streaming sin problemas.
El almuerzo fue otro momento personalizado: pechuga de pollo a la plancha, papas rostizadas crujientes, ensalada fresca y snacks en la tarde, todo preparado por el staff con mucho cariño. Podía haber pedido cócteles o platos más elaborados, pero preferí algo sencillo y saludable.
Cuando empezó a caer la tarde, el equipo organizó una noche de cine al aire libre. El proyector se puede poner donde uno quiera, bajo las estrellas, en el jardín o dentro de la casa si se prefiere. Escogí una película clásica, me arropé con una cobija y, justo antes de que empezara, presencié uno de los atardeceres más lindos que he visto en mi vida.
El cielo se llenó de tonos anaranjados, rosados y lavanda, esos colores que hacen detenerse y mirar sin decir una palabra. Fue un instante fugaz, pero inolvidable. Y cuando oscureció, cerré el día junto a la fogata, haciendo marshmallows y disfrutando de una paz absoluta.
Espacios para conectar
La casa tiene cinco habitaciones, cada una con su propio baño privado y salida directa al exterior. Todas tienen vista a la naturaleza, ofreciendo privacidad y tranquilidad. Hay ventiladores de techo en todas las habitaciones, y dos de ellas (incluida la principal) cuentan también con aire acondicionado.
La cocina abierta se integra con la zona social, pensada para una vida práctica y relajada. Hay hamacas, tumbonas, jardines frondosos y rincones con sombra ideales para leer o dormir una siesta. La piscina y el jacuzzi se pueden climatizar si se solicita, y la terraza amplia es perfecta para reuniones informales o cenas a la luz de las velas.
En el nivel inferior hay una zona abierta de estilo rústico, rodeada de palmas y verde, ideal para actividades grupales, sesiones de yoga o simplemente para admirar la vista panorámica. Todo el espacio transmite una sensación de calma y amplitud, inmerso por completo en la naturaleza.
El lujo de lo simple
Una de las cosas que más disfruté fue lo fácil que fue todo. Antes de llegar, envié una lista con las cosas que quería tener en la cocina, y me lo dejaron absolutamente todo listo: desde snacks específicos hasta mi té favorito. Las comidas se adaptaron a mis gustos, el transporte estuvo perfectamente organizado y el servicio fue cálido, atento y siempre discreto.
También se pueden coordinar experiencias adicionales: cenas con chef privado, paseos en cuatrimoto, masajes, picnics curados, clases de yoga, servicio de bartender e incluso llegada en helicóptero con aterrizaje junto a la piscina. Ya sea que uno quiera descansar por completo o darle un poco de emoción al viaje, esta casa lo tiene todo.
Un lugar para detenerse, respirar y volver a sentir
Esta villa no es solo una escapada. Es un espacio de calma real, donde las mañanas son lentas, el aire huele a campo y cada rincón invita a reconectar. Por un fin de semana, tuve el privilegio de hacerlo.