Si la riqueza de los fondos marinos atrae a los buceadores (el 95% de los corales de Panamá se encuentran en el archipiélago de Bocas del Toro), solo se necesita una máscara y un snorkel para disfrutar de los fondos marinos cristalinos. El archipiélago alberga un laboratorio para el estudio de la evolución y el cambio climático, cuyo objetivo es proteger los ecosistemas. Aquí todo se conserva, al igual que la selva tropical que alberga una rica cultura indígena. Las tres islas principales, Colón, Bastimentos y Carenero, ofrecen una relajante vida nocturna con música local. La cocina está inspirada en el mar, generosa con cangrejos, langostas y pescados. ¡Para los más aventureros, la cueva Nivida ofrece una aventura inolvidable entre murciélagos!