Durante el renacimiento francés, la corte real se instaló en el Valle del Loira. Allí, la hermosa campiña inspiró las ambiciones reales de construir una sucesión de suntuosos palacios, castillos renacentistas y fortalezas medievales. Hoy en día, se pueden visitar estos tesoros arquitectónicos del patrimonio francés. Chenonceaux, Amboise, Azay le Rideau y Chambord se encuentran entre los monumentos más visitados de Francia. Durante el verano, muchos festivales iluminan los castillos, es un ambiente mágico! Además, el Valle del Loira es famoso por su cocina excepcional y sus deliciosos vinos. Tours, la capital de la región, atrae a estudiantes de todo el mundo: se dice que es en este pequeño paraíso donde se habla el mejor francés.